La Derecha venezolana denuncia un "Golpe de Estado"
En el año 2002, en la República Bolivariana de Venezuela, secuestran al presidente Hugo Chávez por 72 horas, el diario El país celebra el Golpe de Estado y, como es de esperarse, los medios hegemónicos de comunicación dicen que no fue un Golpe de Estado. Bolivia, año 2008, sucede una insurgencia de gobernadores de la derecha de Santa Cruz: Tarija, Beni, y Pando, contra el presidente Evo Morales; según los medios de comunicación, no hubo intento de Golpe de Estado. Honduras, año 2009, el presidente Manuel Zelaya es destituido por el Congreso; según los medios de comunicación, no fue un Golpe de Estado. Ecuador, año 2010, ocurre un alzamiento de policías y militares contra el presidente Rafael Correa; según los medios de comunicación no hubo intento de Golpe de Estado. Paraguay, año 2012, el presidente Fernando Lugo es destituido por el Congreso; según los medios de comunicación no fue un Golpe de Estado. Brasil, año 2016, la presidenta Dilma es destituida por el Congreso; como es de esperarse, según los medios de comunicación no fue un Golpe de Estado. Finalmente, por ahora… Venezuela, año 2017, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) asume funciones del parlamento en desacato; y los medios de comunicación gritan: ¡Golpe de Estado!
Básicamente esto comenzó a causa de un evidenciado fraude –donde al parecer hasta los muertos votan- en las elecciones parlamentarias venezolanas del año 2015, razón por la cual el TSJ ordena suspender la proclamación de los diputados en el estado indígena de Amazonas. La decisión afectó a los diputados opositores Julio Ygarza, Nirma Guarulla, al representante indígena Romel Guzamana y al diputado Miguel Leonardo Rodríguez, del PSUV (GPP). Este último se apartó voluntariamente, como él mismo explica en el portal Misión Verdad: "(...) ¿Cómo pueden quejarse entonces de la impugnación que, bien fundamentada, ha sido presentada por el PSUV en las pasadas elecciones a la Asamblea Nacional? Nosotros también fuimos al igual que ellos proclamados días después de anunciarse en un primer momento los resultados electorales del 6D, pero, clara y disciplinadamente respetuoso del ordenamiento jurídico vigente en el país, nos acogimos a la decisión de la sala electoral del TSJ, quien de modo cautelar procedió a dejar sin efecto la proclamación de la que fuimos objeto parte del poder electoral (...)". A esto, hizo caso omiso la Asamblea Nacional (AN) que juramentó a tres de los cuatro diputados impugnados en el estado de Amazonas, a manos del por aquel entonces presidente de la AN, Henry Ramos Allup. Posteriormente, en enero de 2017, la AN continuaba en desacato, pero aún así fue juramentada una nueva Junta Directiva, y el diputado Julio Borges se autojuramentó como nuevo presidente de la Asamblea. Es en este punto que es importante destacar que la “nueva” Junta Directiva de la AN, dirigida por Julio Borges, “anuló” la juramentación de los 3 diputados de Amazonas en su sesión del 9 de enero. Lo hizo justo antes de declarar el supuesto abandono de cargo del Presidente Maduro, y lo hizo para tratar de eliminar la condición de desacato. Sin embargo, la sentencia del TSJ del 31 de enero señala que todos los actos de esta nueva Junta Directiva son nulos: es la Junta Directiva anterior, presidida por Henry Ramos Allup, la que debía anular las juramentaciones de los diputados. Por ello, la anulación de los 3 diputados de Amazonas hecha el 9 de enero no se consideró válida.
“Estamos por encima de la Constitución”, proclama la AN, decidida al choque frontal contra la legalidad de la República Bolivariana. Quienes, como si no fuera poco, antichavistas hasta la médula son capaces de cualquier cosa por obtener el poder y mantenerse en él: observemos sino al sospechado gobernador del mismo estado de Amazonas, Liborio Guarulla, acusado de secuestro y comprados compulsivo de votos. De lo contrario no es difícil retroceder hasta el punto en que Allup presida la AN, y sea él quien, acorde a las leyes parlamentarias, desestime la juramentación de los tres diputados electos por fraude. Pero son ellos quienes se niegan a cumplir las leyes constitucionales y sin embargo acusan de golpistas al oficialismo. Si tanto abogan por la constitucionalidad de la República, ¿por qué no cumplen paso a paso el proceso legal que corresponde para legitimar el parlamento? Luego, recién allí, si Allup lo desea, puede renunciar.
No es paranoico sospechar de una nueva arremetida de la derecha venezolana en la región, a fines de desestabilizar su orden constitucional para justificar la tan anhelada destitución de Maduro, impulsada por la guerra mediática y económica del régimen de los Estados Unidos. Por lo demás, es curioso que la oposición regional desde un principio haya tildado de dictadura al chavismo, desde Chávez hasta Maduro, ignorando los sucesos golpistas del año 2002 y sus contemporáneas elecciones democráticas e incluso el Referéndum presidencial del año 2004 en el cual puso su cargo a decisión de la gente; y ahora termine por acusar de intento de Golpe de Estado al chavismo mediante el ejecutivo. ¿Si ya era una dictadura por qué necesita un Golpe de Estado?
También resulta irónico el hecho de los sucesivos guiños de la AN a los milicos, justo de parte de ellos que denuncian “Golpe de Estado”. Señalando, entre otras cosas, que los venezolanos "tienen una lupa puesta en la Fuerza Armada esperando que la lealtad sea a la Constitución y a la libertad". O cuando Borges sostiene que “la Fuerza Armada venezolana no puede seguir callada frente a la ruptura de la Constitución. Sabemos que la inmensa mayoría de los oficiales están en contra del caos que sucede en Venezuela”. Borges también emitió un mensaje a miembros de la Fuerza Armada, acusando al Presidente Maduro de estar “fuera de la Constitución”, y que ellos, como garantes y guardianes de la Carta Magna, no pueden estar “en una actitud complaciente frente a la tiranía”. Mientras tanto, el capitalismo político denuncia “Golpe de Estado”. La OEA como su portavoz. El penoso gobierno politiquero de la República Argentina también (Recordemos al régimen neoliberal argentino en sus comienzos de la era Macri, en la que este personaje denuncia abiertamente persecución política en Venezuela, cuando éste actualmente tiene en su cargo la prisión injustificada de Milagro Sala). Entre otros gobiernos de derecha, títeres del imperialismo. ¿Será, todo esto, parte de los planes del Comando Sur para deslegitimar la República Bolivariana y proceder a una intervención militar bajo la excusa de la ayuda humanitaria, amparado por la legitimidad de los medios de comunicación marionetas del régimen estadounidense? Lo cierto es que si la Derecha no da un paso atrás, los conflictos pueden ser diversos. Y la Derecha en el mundo debe saber que la izquierda revolucionaria, popular, y democrática, no dará un paso atrás ante los pasos del opresor imperialista.
La lucha política se realizará por las buenas, o por las malas.
¡HASTA LA VITORIA SIEMPRE, COMANDANTE!